miércoles, 4 de septiembre de 2019

Daddy Madrid



Sonríes cada mañana, despertar es ver salir el sol por tu mirada. Notar esa inocencia al abrir los ojos me hace volver al niño que tengo dentro y que se había escondido. Solo tú has devuelto la ilusión que nunca debí perder.

En mí se apodera un miedo, no sé qué hacer...

Por un lado, necesito sentirme acogido en tus brazos; en ese calor tuyo que me envuelve por completo; suspiro si no te tengo cerca. Me acostumbré tanto a tu olor, que ya no deseo conocer otro.

Pero por otro lado los fantasmas del pasado me acechan en mis sueños profundos, que terminan por hacerme gritar cuando tu no estás ahí.

Has sido el antónimo de mi semántica. Terminaste por cambiar el sufrimiento por alegría; el frío por el calor; el norte por el sur y la soledad por compañía.

Ahora en mi soledad momentánea siento la imperiosa necesidad de recordar tu mirada. Oigo tus pasos aunque no estés ahí. Siento tus brazos cerca de mi aunque estén a más de quinientos kilómetros.

Frío en la espalda y silencio en la bulliciosa ciudad. Pero un buen sabio dijo: «Puede que los kilómetros resten, pero los sentimientos siempre suman» 
See you soon.


No hay comentarios:

Publicar un comentario