jueves, 1 de agosto de 2024

Oro parece...

 

Pones mi piel de gallina.  

Lejos de tí, solo siento la oscuridad.

Almacenas miles de sonrisas, 

tantas, que me has robado el corazón.

Ahí estaré siempre que tú me necesites,

no pienso dejarte atrás.

Irte de mí, sería perder el sentido.

Todo o nada, pero

oro parece...

martes, 4 de junio de 2024

Poesía III

Vuelo

 Miró al pasado, a esos hombres

que en el cielo pusieron sus sueños.

¿Qué pensaban sus cabezas

de lo capaces que fuimos a hacer?


Surcar los aires mi sueño,

nadar en tus alas mi hogar.

Sentir el aire en mis dedos,

la altura con mis yemas tocar.


Siento la falta de aire,

miedo a no poder volar,

Intruso en la mente te tengo,

solo me falta llorar. 


Un día tú vendrás a por mi,

en tus alas me vas a llevar.

Esta es nuestra promesa, 

si consiguo que puedas surcar.


Hasta entonces vuela alto,

que yo te voy a encontrar. 





lunes, 3 de junio de 2024

Carta de un futuro pasado.

Hola mamá,

Hace mucho que no te escribía, siento la tardanza, pero aquí estoy de nuevo. Más listo que nunca para decirte todo lo que llevo callándome estos años. Lo primero de todo: te echo de menos. Esa sonrisa y esos ojos verdes que siempre me cautivaron. Los abrazos tiernos y llenos de amor que me dabas cada vez que entraba por la puerta. Hoy todo eso lo siento con pena, pero quiero que sea mi alegría, mi felicidad, mi eternidad... 

Paisa, recordate hoy en día, es la sal de la herida. La quemadura en la mano y el sufrimiento del recuerdo. 

Ayer tomé una decisión: hablé con el corazón en alto y una mente poderosa me escuchó. Por fin sentí que tenía que volver a quererte; volver a sentirte; volver...  Esta carta es el inicio de algo que solo tú, yo y el tiempo podremos reescribir. Y para eso estamos; nos podemos equivocar, tachar párrafos, echar tipex, destruir hojas o escribir de nuevo lo que pase a partir de ahora. Pero siempre pensando en que esos momentos que tuvimos juntos son eternos en nuestro corazón.

Te llevaste un poquito de mí contigo; allá donde estés, cuídalo, porque lo mucho que tú me has dejado a mí aquí, lo llevo siempre conmigo. Estoy siguiendo tus pasos por Madrid, como tu hiciste al llegar a esta gran ciudad. Siento que ahora vivo las calles por tí, su gentío, su ruido, los coches... todo. Somos y seremos vidas paraleras. 

Por aquí todo bien, iniciando mi sueño, despertando de un pequeño letargo de oscuridad donde tú iluminábas la salida. ¿Recuerdas la casita de la sierra? Constuiré una, crearé un jardín, lo llenaré de violetas, tulipanes y hortensias... donde tú serás la rosa más hermosa del jardín. 

Acabo de sonreír, hacía mucho que no lo sentía al pensar en tu recuerdo, creo que poco a poco la herida se cerrará. Y que tú y yo volveremos a ser felices como siempre fuimos. 

Hace unos años dejaste libros sin leer, un café sin terminar y una vida por sentir. Hoy leeré los libros sin final, tomaré los cafés hasta soñar y viviré la vida hasta zarpar. 

Gracias madre, paisa, vieja, mami. Hoy soy yo, por que tú fuiste el ayer. Hoy es un pasado, pero un futuro que pasará. 

Te quiero.

Alberto.  

 

sábado, 16 de mayo de 2020

Hoy por ti, y mañana, también.

Desde el pasado día 24 de abril ya no estás con nosotros, se hace extraño no sentir tu cariño, alegría y vitalidad que desprendías cada día. Por todo ello quiero darte las gracias, mamá. Hoy más que nunca me siento responsable de mantener tu legado, de cuidar todo eso que creaste por y para nosotros: tu familia y amigos. 

Siempre se dice que una persona no muere, se olvida, y tú, mamá serás inolvidable. Cada abrazo, caricia y sonrisa que diste se han convertido en tatuajes en la piel de aquellos a los que quisite. Los recuerdos nos inundan por todos lados, fotografías, momentos y lugares donde tú estuviste. Y aunque ahora nos pongan tristes, mañana nos sacarán una sonrísa, al saber que tú fuiste feliz en ellos. 

Solo existe una palabra que mejor defina la persona que fuiste: bondad. Allí donde fuera, todos recordaban lo buena que eras, todo el mundo que me paraba por la calle decía lo buena persona que fuiste con ellos. En este mundo donde se viene a sufrir, tu fuiste el oasis de mucha gente. 

Hoy escribo estas palabras sintiéndome afortunado por haberte tenido como madre, porque con orgullo te llevo en mi corazón, y todo nuestro amor quedará guardado en nuestras fotografías juntos. 

La habitación está medio vacia, dejaste muchos libros sin leer, y el café a medio terminar...  pero toca seguir, hoy por ti, y mañana, también. 

Te quiero mamá, 

Alberto Huete Peláez. 


martes, 24 de septiembre de 2019

Aquí, ahí y allí.

Ese chico que está ahí, sí, tú.
El que me roba las sonrisas.
No te conviertas en ese chico que está allí.
Tú, sí, tú quédate aquí.
No allí, ni ahí.
Sino que quédate aquí, junto a mí.
Sé ese chico que está aquí.